martes, 9 de agosto de 2011

¡Miau!

¡Miau! suena en el tejado, los histéricos gritos de mi gato me recibían después de tocar un blues
El barrio está dormido pero la huella de un asesino se halla postrada en un rincón de mi cueva
Cabo sin parar mientras la gente se sumerge en la bebida y sube el volumen de la armonía para escapar del ruido de vivir
La muerte lo asusto tanto q se orino
La tierra cae mientras pido al espíritu del entorno por la morada de su nuevo gato